Mantenerse saludable no es una tarea fácil. A veces, los alimentos que creemos que son buenos pueden hacernos más daño que bien y pueden interferir en nuestro objetivo de mantener nuestro cuerpo tan saludable como podamos.
Espinacas
Me encantan las espinacas y probablemente las como unas dos veces al mes. Con el tiempo me he dado cuenta que es un vegetal perfecto para ocultarlo en casi cualquier cosa — desde pasta hasta pancakes. Pero, al igual que muchos otros alimentos, la espinaca tiene un lado oscuro. Contiene altas cantidades de oxalatos que pueden contribuir a la formación de cálculos renales de oxalato de calcio, así como la creación de otros depósitos en el cuerpo que ocurren cuando los oxalatos se unen con el calcio en el cuerpo y puede potencialmente hacer daño a la salud de la glándula tiroides. Estos depósitos pueden causar dolor e inflamación y, como resultado final, daño oxidativo.
Cocinarla puede disminuir los oxalatos, pero no lo suficiente como para hacer una diferencia significativa. Para la mayoría de las personas que estén en buena salud, los oxalatos no serán un problema muy grave, pero les sugiero no comer espinacas más de una vez a la semana, ¡y no incluirla en sus smoothies!
Se dice que las dietas bajas en oxalato ayudan a reducir el dolor de la fibromialgia, el síndrome de intestino irritable, cistitis intersticial y disfunción del suelo pélvico, entre otros males. Por lo que si sufres de cualquiera de estos, o de disfunción tiroidea, ¡intenta evitar o reducir drásticamente tu consumo de espinacas!
Vegetales de la familia Solanaceae
Los deliciosos miembros comestibles de la familia Solanaceae incluyen papas, tomates, berenjenas, pimientos, bayas de goji y cerezas de tierra. Desafortunadamente tienen tres componentes que podrían estar haciéndole daño a tu salud:
Alcaloides: los quepueden causarla inflamacióny estrés,que resulta enrigidez de las articulacionesy dolor.
Calcitriol: una hormona que indica al cuerpo que absorba el calcio de la dieta y tener demasiado de ella puede causar un exceso de calcio en la sangre, que puede terminar creando depósitos de calcio en los tejidos blandos del cuerpo.
Lectinas: un pesticida natural, que se puede conectar a las paredes del intestino y agravar un intestino permeable; permitiendo que partículas de alimentos no digeridos entren al torrente sanguíneo.
Algunas personas son más sensibles a los efectos de los solanáceos que otros, pero como regla general, yo diría que si sufres de alguna enfermedad autoinmune; artritis, gota, osteoporosis o la inflamación crónica, debes limitarte estrictamente o eliminarlos por completo de tu dieta. Algunos otros síntomas de la intolerancia a los solanáceos incluyen depresión, ansiedad, estreñimiento, dolores de cabeza, náuseas y distensión abdominal, así como el síndrome de intestino irritable. La forma más fácil de saber si sufres de intolerancia a los solanáceos es simplemente eliminarlos de tu dieta por al menos tres semanas, y observar cualquier cambio en cómo se siente tu cuerpo.
Observando algunas dietas tradicionales de antes de nuestro tiempo, podemos notar que nuestros antepasados típicamente acompañaban los solanáceos con lácteos. Por ejemplo: berenjena a la parmesana, salsa de tomate y queso o papas gratinadas. Sin duda, sabían más sobre los alimentos que nosotros. Sugiero seguir sus pasos. Después de todo, el calcio en los lácteos puede ayudarnos a recuperar el que los solanáceos nos quitan.
Jacqueline Banks, creció en Casa de Campo y es consejera de salud integral y una madre muy ocupada.
Su enfoque es ayudar a otras madres ocupadas en todas las etapas de la maternidad manteniendo a sus familias y a sí mismas felices y saludables. Utilizando soluciones naturales y orgánicas para resolver los diversos problemas de salud y promover una vida sana.
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